Homenajes
Homenajes
Lee Fontanella
«Hay una legítima postura artística según la cual el artista se respalda más en la técnica que en la ideación de la imagen poco vista. Aquella postura no solo admite la presencia de maestros y modelos, sino que a estos los presupone insistentemente.
Es una postura artística que por consiguiente resulta celebratoria en contraste con egocéntrica. Hasta podría afirmar cualquier aficionado a las etiquetas que dicha postura representa una actitud clásica en contraste con otra romántica-celebratoria en contraste con egocéntrica. Los “Homenajes” de Caruncho reflejan la postura en cuestión.
Al artista de semejantes convicciones, no solo le importa que existan maestros y modelos, sino que aquél les representa el estilo y la técnica, hasta la temática habitual de sus obras.
Sin embargo, importa relativamente menos ese factor que los dos primeros: es decir, por ejemplo, menos el qué se esconde detrás de los ojos videntes del zanfoñista(homenaje a Newman) que el cómo se lleva a cabo la imagen. No importa encima de todo cuál de los pimientos sea el masculino y cuál el femenino (homenaje a Edward Weston). El contenido, el tema, son evocativos; no son la meta primaria. Es más, lo más importante es que reconozcamos un logro antecedente al momento fotográfico nuevo –éste nuevo de Caruncho- y que es este momento fotográfico suyo, él respete ese logro anterior en la demostración de su maestría sobre el estilo y la técnica, los cuales son considerados como elementales.
Resulta fundamental, entonces, que el medio fotográfico mismo sea sutilmente palpable como tal –pero inequívocamente como tal- mientras aquél parezca desvanecer casi hasta la imperceptibilidad, y percibimos, en lugar del medio mismo, el contenido de la imagen fotográfica.
Eso quiere decir que se nos pide percibir simultáneamente la artesanía del fotógrafo y los efectos más sublimes de la imagen: el cómo y el qué. Por ejemplo: la grandeza de Dios en una flor (homenaje a Imogen Cunningham) o la peñas montañosas y los árboles coronados de nieve (homenaje a Ansel Adams); la comunalidad de los seres sexuales y su concebible fusión con todas las formas terrenales, ya orgánicas, ya inorgánicas (homenaje a Edward Weston e Imogen Cunningham); la inventiva inteligente y la tecnología aplicada del hombre primitivo (homenaje a Caponigro).
Esta fotografía está lejos, muy lejos, de ser pasiva. Sería ignorante tomar por sentado que la fotografía directa fuese jamás, en sus mejores ejemplos, pasiva. Es, en cambio, un gran arte cuando se realiza de modo experto. Repito que hay veces que la medida más indicativa de esa habilidad, puede que se le encuentre en el factor de la técnica.»
Lee Fontanella
Austin, Texas, 1988
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